Los conciertos para piano y orquesta de Wolfgand Amadus Mozart son un conjunto de veintisiete obras de este género escritas por el compositor austriaco entre 1767 y 1793.
La estructura de estos conciertos está escrita en tres movimientos siguiendo el esquema clásico:
-un primer movimiento rápido (suele ser un alegre),
-un segundo movimiento lento (suele ser un adagio o un andante)
-un tercer movimiento rápido (normalmante, allegro, aunque también aparece con indicaciones de allegretto o presto).
En cuanto a la forma el segundo movimiento en forma sonata abreviada.
Todos los conciertos están escritos en tonalidades mayores, excepto dos: el n.º 20, en re menor, y el n.º 24, do menor. Los conciertos presentan sus segundos movimientos en la tonalidad de la dominante, a excepción de siete: dos escritos en modo menor (números 20 y 24), en los que el segundo tiempo está en la tonalidad del VI,
En sus conciertos para piano, Mozart exhibe una enorme habilidad técnica y un dominio completo de los recursos que ofrece la orquesta, creando un amplio abanico de afectos y emociones. Sus conciertos presentan, en líneas generales, un carácter improvisatorio y virtuosístico, sobre todo en los primeros movimientos, que explotan todas las posibilidades técnicas del piano de la época. En la actualidad, se considera que los conciertos para piano de Mozart constituyen la cumbre del concierto clásico y son los más influyentes para la posterioridad. Tres de sus conciertos para piano (números 20, 21 y 23) se hallan entre las obras más grabadas y conocidas del repertorio clásico.
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